Terremotos, envenenamiento de comidas y hasta efectos en los bebés son algunas de las creencias vinculadas a presenciar un eclipse. No es de extrañar, afirma el académico de la Facultad de Educación de la UDP, Felipe Kong , pues involucran al sol y la luna, “astros que nos acompañan desde nuestros primeros pasos en este planeta y que desde siempre han maravillado a la humanidad” pero también han sido fuente de misterio e incertidumbre.

Para Álvaro Rojas-Arriagada, investigador del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS), vistos desde nuestra perspectiva moderna los eclipses proporcionan explicaciones de la naturaleza que muchas veces dicen más acerca de las culturas que las produjeron que de los fenómenos que pretendían explicar. “El acervo cultural que hemos heredado de nuestras milenarias raíces es poderoso y emerge cuando de explicar fenómenos naturales anómalos y espectaculares se trata”. ¿Cuáles son algunos de los principales?

Mitos

¿Se pierde peso durante un eclipse?

Últimamente ha circulado la idea de que durante el eclipse todos perderemos peso, “lo que en términos generales, algo tiene de cierto”, señala Álvaro Rojas-Arriagada. Efectivamente, durante un eclipse solar la Luna y el Sol se encuentran alineados con la Tierra, de tal manera que la fuerza de atracción gravitacional combinada de ambos astros nos da un pequeño tirón hacia arriba, contrarrestando un poco la fuerza de gravedad de la Tierra. Esto, dice, hace que disminuya levemente nuestro peso, pero no así nuestra masa. “No es que perdamos materia sino que la fuerza resultante total hacia abajo, esa que nos mantiene con los pies en Tierra, es levemente menor que en otra ocasiones cuando Tierra, Luna y Sol no se encuentran alineados”. Se trata de un efecto pequeño, explica, equivalente a unas decenas de gramos. Pero no es mucho mayor que el que sucede cada mes con la Luna nueva.

¿Si preparas comida durante un eclipse, esta se puede envenenar?

De acuerdo a esto, durante un eclipse el sol emitiría un tipo de radiación dañina que echaría a perder cualquier preparación. “Esto por supuesto en la eventualidad que prefiriéramos cocinar algo en vez de observar el eclipse”, acota Rojas-Arriagada. Sin embargo, esta idea es falsa. Durante un eclipse no existe ningún tipo de radiación diferente que sea emitida por el sol. Justamente lo que sucede durante un eclipse es que la luna bloquea los distintos tipos de radiación, luz visible, radiación UV, etc., que normalmente recibimos del sol. Incluso, si efectivamente algún tipo de radiación dañina se produjera de algún modo durante un eclipse, señala Rojas-Arriagada, “no habría motivo para pensar que esta solo afectaría lo que cocinamos, sino también a los alimentos almacenados en la despensa, refrigerador, o incluso a los cultivos”.

¿Durante un eclipse solar estamos expuestos a rayos X?

Se escucha también que es peligroso presenciar los eclipses porque existe el peligro de ser bombardeados por rayos X provenientes de nuestra estrella. ¿Es cierto? Rodrigo Contreras Ramos, investigador del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) aclara que hay solo una cosa cierta en esa idea y es que el sol emite radiación X. “Esta radiación proviene de la parte más externa de la atmósfera del sol, la corona solar, la cual es visible únicamente durante un eclipse total de sol, de ahí nace el mito”. Pero hay dos consideraciones que desmienten la posibilidad de que seamos bombardeados de rayos X. La primera es que la Tierra posee la atmósfera, que bloquea toda la radiación dañina del sol, no solo los rayos X. La segunda, dice, es que la corona del sol está siempre presente, tengamos un eclipse o no, solo que el disco solar es demasiado brillante y no nos deja verla. “Todo el tiempo el sol está emitiendo rayos X, no solo en los eclipses, pero esta radiación es frenada por nuestro escudo natural, la atmósfera”, destaca el académico.

¿Las embarazadas no deberían mirar el eclipse porque el bebé podría sufrir daños?

Existe la idea de que es desaconsejable que una mujer embarazada observe el eclipse. El hacerlo, podría traer graves consecuencias, labio leporino, deformidades, mudez o incluso el aborto. Rojas-Arriagada indica que en una versión menos trágica “ese mito indica que si durante el eclipse la mujer se rasca alguna parte de su cuerpo, el bebé nacerá con manchas en la piel, que pueden ser rojas o negras”. Pero no existe ninguna conexión entre contemplar un eclipse, “que sencillamente consiste en caer momentáneamente bajo la sombra de la Luna –como podríamos caer bajo la sombra de un árbol– y cualquier tipo de problema del desarrollo en un no nato”, indica Rojas-Arriagada.

¿Existe relación entre los eclipses y los terremotos?

Una creencia que tiene un origen bíblico. En el Apocalipsis, dice Felipe Kong, se relaciona a los eclipses de sol y de luna con los terremotos: “Y vi, cuando abrió el sexto sello, sobrevenir un gran terremoto, y el Sol se volvió negro como un tejido de crin, y la Luna toda ella se volvió de sangre” (Revelación vi:12). No existen pruebas científicas que la avalen, agrega Rodrigo Contreras Ramos, también investigador del Instituto Milenio de Astrofísica. Es cierto que la Luna y el Sol tienen una influencia gravitatoria sobre la Tierra, la cual produce que nuestro planeta se “comprima y se estire” todo el tiempo, como ocurre con las mareas mayores en luna nueva o llena. Sin embargo, los terremotos suceden todo el tiempo. Y si tuvieran alguna conexión con los eclipses, aclara Contreras, tendríamos una mayor concentración de ellos dos veces al año, que es justo cuando se dan las condiciones para la ocurrencia de eclipses, pero “tal evidencia no existe”.

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