Nuestra madre era una de esas personas que te miraba a los ojos cuando te hablaba y te conmovía con su nobleza. Trabajaba como vendedora en Sodimac, luchando día y noche para sacar a sus hijos adelante y que nunca nos faltara nada. Fanática de la limpieza, no podía ver nada desordenado o sucio.

Lo que más le gustaba hacer era estar con sus hermanos, siempre los visitaba. También adoraba salir con sus amigas e iban a bailar seguido.

El día del terremoto, nuestra mamá estaba en la disco.. El lugar se derrumbó y ella quedó tapada en piedras. Además de eso, la fue aplastando la gente que escapaba, porque nadie se dio cuenta de que ella estaba allí.

No existe un amor más puro que el de una madre y un hijo. Mamá, tú nos demostraste que un acto vale más que mil palabras. Cada día que amanece, nos sentimos muy orgullosos de ser tus hijos y te estaremos eternamente agradecidos por habernos enseñado tanto de la vida. A vivirla intensamente, como si cada día fuera el último. Te recordamos linda y alegre, con una sonrisa dulce e inspiradora.

Nos haces mucha falta. Aún no podemos superar el dolor que nos dejó tu partida. Queremos agradecerte todo lo que hiciste por nosotros. Siempre nos apoyaste y cada logro que conseguimos fue gracias a ti. Gracias por todo tu amor y el cariño que nos entregaste. Eres y serás una gran madre. Te llevamos siempre en el corazón.