Claudio era un niño a pesar de que tenía 42 años. Él tenía déficit mental. Su hobby era salir por todo Curicó a caminar y lo conocía mucha gente, entre ellos el ahora concejal Sebastián Maturana, él lo esperaba con bebida o desayuno.

El día del terremoto mi hermano Claudio estaba en la casa con mis papás, mi hermano Mauricio y sus dos hijos. Luego del movimiento, Mauricio logró llegar al patio con sus hijos, mientras mi madre y mi padre quedaron atrapados, pero no se sabía nada de mi hermano Claudio. Luego, mi hermano comenzó con el rescate y encontró unos tremendos bloques de adobe que habían sepultado la cama de Claudio. Él estaba muerto.

Claudio, hemos sufrido mucho tu pérdida. Ese 27 de febrero se terminó todo en nuestra casa donde nacimos, crecimos y fuimos felices. Nuestra mamá estuvo muy mal por tu pérdida, para ella fue devastador.

El papá nunca pudo superar ni tu muerte ni la devastación de su casa. Quiero que sepas que estamos bien, la mamá está conmigo y mis hijos, tus sobrinos. Desde acá te mando un beso y un abrazo, algo que no pude darte porque te fuistes repentinamente. Te quiero, hermano.