Eveline era muy dedicada a su hijo Emilio, quien tenía 1 año y 10 meses cuando ambos fallecieron por el terremoto. Era buena amiga, muy trabajadora y luchaba por su hijo. Ella trabajaba en un supermercado en Santiago, pero el fin de semana del 27F estaba con su familia en Santa Emilia. Esa madrugada del terremoto se derrumbó toda las casa en la que vivían Oscar, Mirza, Eveline y Emilio. Ella no alcanzó de salir de su cama cuando la casa se destrozó por completo. La pérdida de la familia Herrera nos dejó una pena muy grande. Nos dejaron mucho dolor, además como quedaron todas las casas en el suelo fue una enorme tristeza y un vacío muy grande. Pero también nos dejó una enseñanza para salir adelante y darnos cuenta que hay que disfrutar el momento y lo que tenemos al lado porque no sabemos lo que va a pasar en el futuro.