Mi papá era agricultor, fruticultor de la zona. Un hombre super bueno, muy querido y cercano a toda la gente de aquí del campo. Aquí hay una escuela que tiene casi 100 años ya y era de mi bisabuelo, así que mi papá era el que daba el discurso todos los años cuando salían los niñitos de 8vo básico. Era el que nos representaba.

El año 85 mi papá estaba construyendo su casa. Cuando fue ese terremoto tuvo que desarmarla por un lado, porque se le quebró una esquinita en algunas partes. Entonces la arregló, la terminó y estuvo funcionando bien hasta el 2010.

Ese día dormían en la casa mi papá y mi hermano, con su familia, en la pieza de al lado. Como no eran capaces de caminar de lo fuerte que era el terremoto, se quedaron en la pieza no más, no pudieron salir. Con el movimiento se cayó el techo, se abrió, y se empezó a caer una muralla. Mi hermano agarró a sus niñitas chicas y ahí se agacharon en una esquina de la pieza, que fue la única parte de la casa que no quedó tan desplomada.

Mi papá estaba en la pieza de al lado. Esa parte se cayó completa. Cuando el terremoto paró, mi hermano y su señora tomaron a sus dos hijas y salieron por el techo. Fueron a ver altiro a mi papá, lo llamaron y él no contestó. Ahí se dieron cuenta de que había quedado bajo los escombros.

Estuvieron tratando de sacarlo mucho rato. Esta es una zona de campo y llegaron trabajadores, gente de aquí, a ayudar a mi hermano hasta que lo pudieron sacar, pero mi papá ya estaba muerto.

No hay pena porque el papá se fue, los recuerdos que tenemos de él son súper felices. Por eso con mi hermano seguimos un poco su legado, haciendo las mismas cosas que él hacía. Lo recordamos con mucho cariño y con mucha alegría.