Josito era un niño muy inquieto, juguetón y muy, muy regalón de mi mamá, su abuela Edelmira, a quien le decía “mami”. De hecho él dormía con mi mamá. Ella lo defendía de todo y de todos. Era sus ojos.

Josito fue el último cuerpo que encontraron, él estaba en la isla Cancún, que está bajo el puente. Él fue encontrado el 27 de marzo, pero lo entregaron el 19 de abril. Recuerdo que lo velamos en una iglesia que está a la subida del cerro Copihue, solo lo pudimos velar durante la tarde para luego llevarlo a descansar junto a mi hermana, en el Parque del Recuerdo que está a la salida de Constitución.