También se trata de un grupo que tiende a evaluar positivamente el nuevo texto constitucional. Al igual que los entusiastas incondicionales, lo que más les gusta es la declaración de un Estado social y democrático de derecho y la consagración del derecho a una vivienda digna . El debate sobre el derecho a la vivienda ocupa un lugar particularmente alto en la jerarquía de importancia de los indecisos expectantes, no tanto así el debate más abstracto sobre el Estado de derecho. Lo segundo que más les gusta del nuevo texto es que la naturaleza sea titular de derechos y que el agua sea un bien inapropiable. Acá pasa algo parecido: el debate más concreto sobre el agua ocupa un lugar más protagónico en sus preocupaciones que el debate más abstracto sobre la naturaleza.

Donde se producen los mayores reparos es en los temas relacionados con la plurinacionalidad, la existencia de sistemas de justicia especiales y los escaños reservados para pueblos indígenas . Esta es la diferencia más sustantiva que tienen con los entusiastas incondicionales y lo que tienen en común con el resto de los grupos: todos tienden a rechazar estas propuestas.

La evaluación que tienen sobre los impactos positivos para el país que ha tenido la Constitución vigente es ambivalente: tienden a reconocer que dio estabilidad política y permitió el desarrollo económico durante las últimas décadas, pero sin mucha convicción. Respecto de los impactos negativos, sí están seguros que generó desigualdad económica. También tienden a estar de acuerdo con su origen poco democrático. Es decir, que tiene un origen dictatorial y que refleja la visión política de solo una parte del país.

Tienden a reconocer con cierta timidez que la Convención logró acuerdos importantes, su evaluación del desempeño de los convencionales es más bien negativa. Lo que más les molesta es que, según su mirada, perdieron tiempo en asuntos que escapan al rol para el que fueron elegidos.

Los indecisos expectantes son capaces de reconocer impactos positivos potenciales de la nueva Constitución, pero nada los convence demasiado. El único beneficio que ven con claridad es que, según ellos, permitirá una mejor protección de la naturaleza. En general, lo que domina son las dudas. Incluso, existe cierta inclinación a reconocer el riesgo de inestabilidad política y debilitamiento de la economía en el caso de implementarse la eventual nueva Constitución.

También creen que las constituciones son relevantes y están interesados en votar en el plebiscito de salida. Sin embargo, son el grupo que se siente menos informado sobre el texto de la propuesta de nueva Constitución. También muestran un nivel relativamente bajo de decisión sobre su voto.

En el plebiscito de entrada la mayor parte de los indecisos expectantes (58%) dice que votó Apruebo, un número bastante menor que los entusiastas incondicionales. Lo mismo ocurre con su visión retrospectiva, en donde poco más de la mitad (54%) piensa que el Apruebo era la mejor opción para Chile en ese momento.

Se trata de un grupo en donde no existe una expectativa clara sobre el resultado. Algunos creen que ganará el Apruebo con estrecha mayoría, otros creen que ganará el Rechazo con estrecha mayoría y también existen algunos que creen que estas opciones pueden ganar por amplia mayoría. El número de indecisos expectantes que dice "no sé" también es relativamente alto. Tampoco es posible identificar emociones dominantes que pudieran sentir en el caso de que gane el Rechazo o el Apruebo. Es decir, los indecisos expectantes no van a compartir una sola experiencia emocional la noche del domingo 4 de septiembre cuando se conozcan los resultados.

En el caso de g anar el Apruebo, piensan que debieran comenzar a hacerse ajustes. En este sentido, confían en que los políticos de izquierda tratarán de hacerlo. Si gana el Rechazo, la expectativa de los indecisos expectantes sobre lo que harán los políticos de derecha es ambivalente, pero gana la desconfianza, es decir, se inclinan por pensar que tratarán de realizar la menor cantidad de cambios posibles a la actual Constitución. A diferencia de los entusiastas incondicionales y, al igual que los dos siguientes grupos que vamos a describir, los indecisos expectantes prefieren que un comité de expertos redacte una nueva Constitución en el caso de iniciarse un nuevo proceso.

Muy pocos creen que el país está progresando y la mayoría cree que está estancado. En todo caso, aunque no tienen una mirada tan optimista como los entusiastas incondicionales, igual se inclinan a pensar que las cosas en Chile van a estar mejor.

En términos valóricos son menos liberales que los entusiastas incondicionales, sobre todo en lo que respecta al aborto. Es decir, lo apoyan en algunas circunstancias. También tienden a tener una visión más pro Estado que pro mercado.