Francisco Ramos, fotógrafo de 25 años, recuerda en cámara lenta cuando vio que desde el cielo un proyectil se acercaba hasta su cabeza. Luego, cayó de rodillas al suelo y se desplomó. “Quedé aturdido”, recuerda sobre los minutos en que producto del dolor dejó de entender lo que ocurría a su alrededor. Mientras la sangre se esparcía rápidamente sobre su rostro, un pequeño grupo de personas se acercó a ayudarlo y le prestó primeros auxilios. Una mujer le pidió que dijera su nombre. Él sacó fuerzas para gritarlo y luego se quedó en silencio. Ese momento quedó registrado en un video que a las pocas horas se viralizó en Twitter.
Francisco resultó herido el jueves 24 de octubre, cuando se cumplían seis días de manifestaciones sociales ininterrumpidas en Concepción, las que habían sido seguidas de cerca por el fotógrafo freelance. El joven relata que esa tarde se desató un enfrentamiento entre Carabineros y un grupo de personas que había intentado saquear la tienda Fashion’s Park ubicada en Barros Arana con Tucapel, a metros del Mall del Centro.
Él, sin casco ni ningún otro elemento de protección, se acercó a fotografiar lo que estaba sucediendo mientras esquivaba los balines. Fue ahí cuando se percató de que había quedado atrapado en un tumulto a las afueras del centro comercial. Antes de recibir el impacto dice que se acercó a un colega que también estaba tomando fotos.
En ese mismo lugar y a esa misma hora, Estefanía Leiva también observaba el enfrentamiento. Tras la llegada de los carabineros motorizados, la mujer cuenta que vio cuando uno de ellos levantó un elemento desde el que disparó un proyectil, provocando un ruido fuerte. Ella se asustó y salió corriendo. Luego retornó y vio a Francisco en el suelo.
Mientras un hombre le prestaba primeros auxilios al joven, ella junto a otras personas –al menos dos mujeres y un hombre– comenzaron a pedir ayuda. Primero, relata, pasó un grupo de uniformados montado a caballo que no les prestaron atención. Posteriormente, otro carabinero en moto les preguntó qué había pasado. El grupo respondió que creían que le habían lanzado una lacrimógena.
Más tarde, Estefanía fue al hospital para saber el estado de salud del joven. También para transmitirle su versión de lo que vio.
Ella estaba convencida de que el proyectil que impactó en la frente de Francisco había sido lanzado por carabineros. Sin embargo, ese día no lo pudo ver. Aún hospitalizado, Francisco creía que le había caído un adoquín.
Quería dar por superada la situación y recuperarse lo antes posible de la lesión para volver a las calles a tomar fotografías. En ese momento, lo más que le preocupaba era recuperar su cámara, que le habían robado cuando cayó herido.
Sin embargo, con el paso de los días varios testigos comenzaron a contactar al joven por redes sociales para entregarle información sobre lo que le ocurrió esa tarde. Tras ver varios videos, escuchar a quienes estaban en el lugar de los hechos, y luego de comunicarse con Estefanía –la mujer que registró la agresión– y su colega fotógrafo que estaba con él durante la manifestación, se convenció de que fue herido por una bomba lacrimógena lanzada por carabineros.
Por eso, lamenta que en ese momento los uniformados no le prestaran ayuda cuando estaba herido en el suelo. Solo fue auxiliado por otros manifestantes y colegas.
Tras recuperarse, Francisco volvió a cubrir las manifestaciones en Concepción. Aunque tiene miedo de sufrir otra agresión o resultar herido, dice que prefiere correr el riesgo y salir todos los días a la calle para registrar lo que está ocurriendo en su ciudad. Estas imágenes las captura con la misma cámara que llevaba ese 24 de octubre, la que logró recuperar gracias a una campaña que realizaron sus colegas a través de las redes sociales.
Aunque inicialmente había descartado hacer una denuncia, cuando el joven creía que su accidente había sido por la acción de manifestantes, hoy los registros audiovisuales de lo que sucedió, junto con el parte médico del Hospital Regional de Concepción y las pericias que le realizó el Servicio Médico Legal, están en manos de la Fiscalía de Concepción, que investiga su caso y otros más de violencia institucional.
"Habría preferido que fuera una piedra. Nunca había sido víctima de violencia física por parte de carabineros por hacer mi trabajo. La fotografía es parte de la historia. No sé por qué les molesta tanto”.