Día 56 desde el estallido social y para el personal de Carabineros comienza una nueva jornada en las cercanías de Plaza Italia. A un costado del Parque Forestal un grupo de uniformados es atacado por encapuchados con piedras y palos. Viéndolos a sólo on metro de distancia, la sección de uniformados decide esquivarlos saliendo por calle Merced.
El sargento segundo Danilo Matamala era uno de los últimos replegarse, cuando la turba lo alcanzó y lo rodeó.
“Uno de estos individuos me da un golpe con un palo en el casco y otros me toman del chaleco y me arrojan al suelo. Ya estando en el suelo se abalanza una cantidad de individuos a golpearme, agredirme. No podría decir cuántos eran”, relató el sargento a la prensa. El uniformado intentó protegerse la cabeza a la espera de que sus compañeros fueran a ayudarlo.
Dos fueron los videos que registraron el ataque que sufrió Matamala la tarde del 12 de diciembre. Uno de ellos desde el balcón de un departamento cercano, en que se ve cómo la turba se abalanza contra el carabinero. El segundo fue grabado desde el interior de la turba.
A los pocos minutos de ocurridos los hechos, los registros de la agresión comenzaron a circular en distintos grupos de WhatsApp. A diferencia de otros tipos de videos que circulan de las movilizaciones, generalmente los ataques a uniformados se viralizan en redes sociales a través de las cuentas de distintos medios de comunicación. Sus autores permanecen anónimos. La mayoría de las veces la prensa recibe los registros desde la misma institución o, cuando les llegan a los medios, estos los reenvían al Departamento de Comunicaciones de Carabineros para chequear el material.
“Tenemos la obligación de verificar siempre la información antes de difundirla e intentamos entregar el mayor detalle posible del material que recibimos”, dice la capitana Pamela Sandoval, quien trabaja en el Departamento de Comunicaciones.
Pero saber quién grabó, explica la uniformada, es prácticamente imposible. El material les llega por diversos canales, pero siempre es un "reenvío" de otro.
El procedimiento es el mismo para cada video: se analiza para comprobar su veracidad, intentando recabar la mayor cantidad de información posible: datos como la hora y el lugar del incidente, o en caso de que algún uniformado resultara herido, el estado de salud del mismo. Posteriormente, otro funcionario se traslada al Hospital de Carabineros para tener más detalles, como el tipo de lesiones y su testimonio.
En el caso de Matamala, ingresó al hospital institucional y fue internado con lesiones de carácter menos grave. Un TEC y policontuso.
“Es todo rápido, imprevisto, todo de sorpresa. En todo momento intenté proteger a los colegas que estaban conmigo, intenté que todos saliéramos del lugar, por ende, me quede al último”, detalló el uniformado al interior del hospital.
Tras dos meses de intensas movilizaciones, Sandoval cuenta que han ido acumulando una gran cantidad de videos, los que ordenan en una base de datos. No tiene una cifra exacta, pero son muchos, dice. A veces algunos se repiten. "Nos llegan videos antiguos, lo que detectamos rápidamente gracias a nuestros registros. En otras ocasiones nos llega el extracto de un video, el que generalmente tiene un foco negativo para la institución. Una vez que obtenemos el registro completo, hacemos la aclaración en redes sociales".