“No alcanzo a llegar”. Eso fue lo que pensó Cristián González, periodista y músico de la compañía Cuentos Mestizos, al bajarse del Metro Universidad Católica ese 25 de octubre. Horas después, alrededor de un millón doscientas mil personas llenarían las avenidas y calles alrededor de Plaza Italia, en la que hoy se cataloga como “La marcha más grande de Chile”.
Cristián, de 39 años, se dirigía raudo al evento “Mil guitarras por la paz”, que había sido convocado para homenajear al cantante Víctor Jara en medio de las movilizaciones sociales. La reunión sería en la escalera de la Biblioteca Nacional. “Cuando vi el aviso en Facebook imaginé que varios amigos iban a participar y quise ir”.
Las calles estaban llenas y el músico se preguntaba cómo podría estar ahí a tiempo, a las cuatro de la tarde. Guitarra en mano, comenzó a abrirse camino entre la multitud y de pronto se dio cuenta: todo el mundo le hacía espacio para que pasara. Llegó rápidamente a lo más alto de las escaleras.
"Parecía un escenario y se veía el público abajo. No creo que todo el mundo que pasaba supiera del homenaje, pero muchos se dejaron impresionar y se detuvieron para ver qué hacíamos con tantas guitarras”.
El repertorio inicial incluía Te recuerdo Amanda, Plegaria a un labrador, El Aparecido, a las que se sumaron El baile de los que sobran y El Pueblo Unido. Por supuesto, no podía faltar la canción que el movimiento social adoptó como suya ya en los primeros días: El derecho de vivir en paz.
Tuvieron que tocarla dos veces, de hecho.
“La gente se sumó y se sumó, todos sentimos que éramos parte de un momento histórico”, dice González. “Me parece muy bonito que Víctor y otros referentes sean la banda sonora de este despertar, porque eso es un indicador. Chile no ha cambiado tanto” reflexiona, añadiendo que “Víctor estaría marchando, no tengo ni una duda de eso”.
En ese mismo tumulto estaba Víctor Saavedra, un periodista y fotógrafo del diario brasileño Carta Maior. “Cuando empezaron las protestas me enviaron a realizar la cobertura. Así fue cómo me enteré de estos músicos y fui. Cuando vi las guitarras y las personas, me di cuenta de que las fotos no iban a contar toda la historia, así que me ubiqué en un punto bien alto del edificio y grabé todo”, recuerda.
La grabación de Saavedra fue tan viral que llegó hasta el diputado británico del Partido Laborista, Chris Williamson, quien lo ocupó para cerrar un video que publicó en sus redes sociales y donde comenta la crisis en Chile y la represión hacia los manifestantes.
Saavedra, de padres chilenos, pero radicado en Brasil, quedó especialmente marcado con esto último: la violencia. Si bien recuerda la escena de las guitarras con emoción, tiene sentimientos encontrados. “Un día estaba trabajando y me dispararon en la pierna, pese a que me agaché, levanté la cámara y grité que era prensa internacional”. Cuando fue a dejar su denuncia al Instituto Nacional de Derechos Humanos, ellos solo la anotaron en un cuaderno. “Nunca tuve un documento de respaldo”.